viernes, 26 de agosto de 2011

Creación de Parroquias

4.5. Creación de Parroquias y nueva demarcación

 Monseñor Sardinas se interesó por conocer y mejorar la realidad de su Diócesis.

Creó las Parroquias del Sagrario, Acomayo, Panao, Pozuzo, Ambo, San Rafael, Chupán, Margos, Obas, Marco, Andamarca, Huayucachi, Palcamayo, Ulcumayo, Yanahuanca , Chongos y otras.
Después de largos estudios y prolongadas consultas hizo una nueva demarcación parroquial de toda la extensa Diócesis, la que fue aprobada  por el Supremo Gobierno el 20 de octubre de 1900.

La nueva demarcación de la Diócesis de Huánuco, comprendía las Parroquias siguientes:

1.      PARROQUIAS DE LA PROVINCIA DE HUÁNUCO: Cercado de Huánuco, del Valle, Acomayo, Panao, Pozuzo, Huacar, Ambo.
2.      PARROQUIAS DE LA PROVINCIA DEL DOS DE MAYO: Jesús, Margos, Baños, Chupán, Pachas, Obas.
3.      PARROQUIAS DE LA PROVINCIA  DE HUAMALIES: Llata, Chavín, Singa, Arancay, Huacaybamba, Huacrachuco.
4.      PARROQUIAS DE LA PROVINCIA DE  PASCO: Pasco, Huariaca, San Rafael, Pallanchacra, Chacayánn.
5.      PARROQUIAS DE LA PROVINCIA DE TARMA: Tarma,Acobamba,Palcamayo, Chanchamayo, Junín, Ulcumayo, Yauli, Huayllay.
6.      PARROQUIAS DE LA PROVINCIA DE JAUJA: Jauja, , Marco,Huaripampa, Sincos, Mito, Orcotuna, Apata, Concepción, Comas, Andamarca.
7.PARROQUIAS DE LA PROVINCIA DE HUANCAYO: Huancayo, San Jerónimo, Pariahuanca, Sicaya, Chupaca, Chongos, Colca, Chongos Alto, Sapallanga, Huayucachi.[1] 



[1] Archivos de la Diócesis de Huánuco.

Construcción del nuevo Seminario

Acción Episcopal.
4.4..Construcción  y funcionamiento de un nuevo Seminario

El mismo mes de su ingreso a Huánuco Monseñor Sardinas dio el Decreto para la  construcción de un nuevo Seminario de la Diócesis :

Nuevo Seminario

Nos Fr. Alfonso María,  por la gracia de Dios y de la Sede Apostólica,  Obispo de Huánuco.
Siendo inadecuado  el actual  local en el que funciona  nuestro Seminario Conciliar, tanto por su estrechez, como por carecer de condiciones higiénicas, disponemos que se proceda en el día a la construcción del nuevo Seminario Conciliar, en el antiguo local del Convento de Santo Domingo, cedido por el Supremo Gobierno  con este mismo fin,  llevando el nuevo Seminario el nombre de San Buenaventura, adjudicándose  a gastos de dicha obra,  las pensiones que los señores curas  de la Diócesis pagan mensualmente  al Seminario,  sin perjuicio de atender de preferencia  a los gastos que demanda nuestro Seminario  Conciliar de San Teodoro.
Transcríbase a quienes corresponda  para los efectos consiguientes.

Dado en nuestra Casa Episcopal  de Huánuco a 25 de Julio  de 1891

El Obispo por mandato.- Por mandato de S.  Sa.  Iltma.  el Señor Obispo.- Juan  H. Garay  y Pro-secretario.

Pocos días después de expedido  el decreto anterior, es decir, el 28 de Julio del mismo año, tuvo lugar en forma solemne  la colocación  y bendición de la primera  piedra del nuevo local  de San Buenaventura, siendo padrinos el Sr. Buenaventura  Villar y su señora esposa.
Al acto concurrieron  todas las corporaciones oficiales  y numeroso público.

Visiblemente conmovido, expuso  S. S. Iltma. en cortas, pero elocuentes frases,  el objeto del acto realizado. y el pueblo entusiasmado aplaudió.
Siguió  en el uso de la palabra el Señor  Alcalde Municipal  Dr. Juan C. Huapalla, quien en conceptuoso discurso, probó la importancia  de la obra iniciada por el Iltmo. Sr. Obispo y la necesidad de secundar sus esfuerzos para el bien de Huánuco.
Enseguida el Señor Prefecto, en muy significativas y patrióticas palabras, agradeció a la honra que se le dispensaba, haciéndolo padrino de la ceremonia  solemne que acababa de realizarse, manifestando que estaba decidido a secundar los nobles propósitos  de S. Sa. Iltma.  seguro de interpretar la mente  del Supremo Gobierno,  cooperando a la consecución  de tan elevado fin.

Un momento, el Señor Juan  de Dios Lora y Cordero, con el  cariño que profesaba a Huánuco, entusiasmado y conmovido, trajo a la memoria las honrosas  tradiciones de esta tierra  en la magna lucha de la  Independencia, pidió a todos  su cooperación en la obra iniciada  y concluyó diciendo que principiaba  para Huánuco una nueva era de grandeza.

También hicieron   uso de la palabra,  ya de regreso y en el salón prefectural, los doctores Serafín Suárez  y Pedro A. Garcés. Igualmente habló, embargado  por la emoción el Dr. Mariano Beraún, sabio huanuqueño  y por muchos títulos venerable.

“A Dios Rogando y con el Mazo Dando”: En los primeros días de Agosto y de conformidad con los planos, que ya de antemano  se tenían,  principió con todo entusiasmo y empeño, la construcción del edificio del nuevo “Seminario  de San Buenaventura”.
Con buen número de  operarios y dos capataces, los trabajos seguían adelante, cada día más y más.
El mismo Señor Obispo, diariamente vigilaba la obra  y daba instrucciones sobre el terreno.
Sin darse reposo, recorrían todo Huánuco, buscando materiales de construcción. Su dinamismo era incansable, pues siempre se le ve  entrar en las huertas de la ciudad en busca de maderos, carrizos y cabuya.
Con su bastón que, justamente tenia un metro de longitud, él mismo medía los palos; y preguntaba quien podría tener  tejas,  ladrillos y cal.

La construcción se hizo en un terreno  situado en el jirón Dos de Mayo, que tiene un  manzana de 10,000 metros cuadrados, quedando unos cuantos para la reconstrucción del Templo de Santo Domingo.

Al nuevo Local del Seminario se  le dio tres claustros espacios con sus aulas respectivas, un gran patio de recreo, oratorio, comedor, cocina y demás comodidades. El edificio en conjunto es vasto y suntuoso, habiéndose construido con el dinero que recibía por su sueldo de Obispo, con las cuartas episcopales y pensiones que los párrocos  del Obispado abonaban al Seminario. Nunca se supo que el Estado hubiera dado  subvención alguna ni persona particular algún donativo.

“Coronación de la Obra”:  Después de siete años de trabajo no interrumpido, el Domingo  19 de Junio de 1898, tuvo lugar la bendición de este nuevo plantel, acto que practicó el mismo señor Obispo, pronunciando un discurso visiblemente emocionante, ante numerosa y selecta concurrencia,  que demostró su agradecimiento al digno Prelado.

El Iltmo. Señor Vicario General de la Diócesis, Dr. Luis Ortega, también dijo las siguientes palabras: “ Desde la fundación del Seminario en esta ciudad, se hacía sentir la necesidad de un local adecuado, para educación de jóvenes   que se dedican a la carrera eclesiástica; pero la Divina Providencia quiso, que vos  Iltmo. Señor, subsanéis  esta falta. En efecto desde vuestro arribo a esta sede episcopal, vuestro primer  ahínco, fue dar principio a esta obra, colocando vos mismo, la primera piedra en Junio  de 1891. En este transcurso de tiempo, cuántas contrariedades habréis tenido que sobrellevar, Iltmo. Señor, testigos son los diferentes periódicos de la Capital  que mucho se han ocupado contra Ud. Iltma.  haciendo imposible la magna  obra, que hoy se ve realizada, mediante vuestros esfuerzos pecuniarios  y celo infatigable.

Este Iltmo. Señor es una prueba más  del amor que profesáis  a vuestra grey y a vuestro suelo natal. En hora buena digan lo que quieran  la lenguas maldicientes y viperinas.

Desde luego todo Huánuco debe felicitarse; porque el grande y el pequeño, el rico y el pobre, y en general los hombres de mañana, los llamados a representar las diferentes clases sociales, cuentan hoy con un plantel  más de instrucción,  donde recibirán enseñanzas  tanto humanas como religiosas. Interpretando los sentimientos  de gratitud de mis colegas y conciudadanos, permítame Iltmo. Señor, que os dé un voto de gratitud  a nombre de ellos y mío.
No esperes Iltmo. Señor,  recompensa alguna de la tierra,  donde todo se mira con indiferencia  y se paga con ingratitud, vuestra recompensa está en el cielo. He dicho.

“Iniciación de los Estudios”: El 8 de Abril de 1899. se inició el primer año escolar  de este nuevo colegio,  que se le denominó “Seminario Menor de San Buenaventura” con 120 alumnos externos  y 12 internos.  Los cursos que se dictaron  fueron  instrucción media. Y el primer cuerpo docente  estaba compuesto del siguiente personal: Rector: Pbro. Don Eloy L. Robles; profesores, los siguientes sacerdotes: Leocadio M. Gamarra, Vice-rector, Baldomero  F. Patiño, Esteban Quintana  y Guzmán, el que esto suscribe, B. don Miguel Pardo y señor Eulogio Quiñónez, profesor de dibujo.

Monseñor Sardinas compró muchas fincas urbanas   para el Seminario con cuya renta se sostiene  el plantel, que actualmente tiene un cuerpo docente de Padres alemanes  de la Congregación del Sagrado  Corazón de Jesús, traídos por gestión   del actual Obispo de la Diócesis, Exmo. y Rvdmo. Monseñor Teodosio Moreno Quintana.

“ Seminario de San  Alfonso “: Habiéndose clausurado, pocos años antes, el antiguo Seminario de San Teodoro, fundado por el primer Obispo de Huánuco Monseñor Teodoro del Valle en 1869, por diversos trastornos que trajo la guerra civil , se estableció el Seminario Mayor de San Alfonso en un amplio edificio de propiedad y contiguo a la Iglesia Catedral. Treinta era el número de jóvenes con hábito talar, que se renovaban, conforme iban recibiendo las Ordenes Sagradas.
Cursaban las siguientes asignaturas: Latín, Teología Moral y Dogmática, Filosofía, Fundamentos de la Religión, Derecho Canónico, Escritura Sagrada y Liturgia.

Muchos sacerdotes salieron de esta Seminario en los once años que Monseñor Sardinas estuvo al frente del Obispado.

Recuerdo de los siguientes: Juan Martín Figueroa, Simeón Cevallos, Paz Guido Valdez, Arturo Cubillas, Marcos Zevallos, Darío Zevallos, Reynaldo Soria, Baldomero Figueroa, Gerardo C. Moreau,  Ildefonso Velásquez, Agustín Sánchez de Paz, Eloy Robles, Leocadio M. Gamarra, Noé M. Castillo, José C. Vicuña, Emilio Gonzáles, Simeón Ames, Esteban Quintana y Guzmán, Venancio Salazar, y Quintana, Daniel Basurto, Sixto G. Dávila, Lisandro Meléndez, Manuel C. Castro, Valentín Macucachi, Baldomero F. Patiño, Julio Madrid Boneville, Juan J. Pardavé, Leoncio Majino, Miguel Matos, Manuel C. León, Daniel Quintana Gurt, Victoriano Esteban, Victoriano Trujillo, Pedro Carreta, Daniel Sosa, Domingo Verástegui, Daniel Jaime, Juán E. Rojas, Ramón N. Vásquez, Agustín P. Cruz, Dario Parra, Maximino Salazar, Pedro L. Cielo, Carlos Leclere, Jorge Baüer, Daniel Salgado y otros.[1]



[1]  CF Noé M.Castillo “ Apuntes Biográficos del Ilustrísimo y Reverendísimo Fray Alfonso María de la Cruz Sardinas, segundo Obispo de Huánuco,1951. Perú y Boletines de la Diócesis de Huánuco “ La Sociedad” en la Biblioteca Nacional del Perú.

Toma de posesión de la Diócesis de Huánuco

4.2. Toma de posesión de la Diócesis



Monseñor Sardinas en camino a su Diócesis, salió de Lima con dirección a Tarma, el 10 de junio de 1891, realizando  visitas pastorales  en la ciudad y en  los  pueblos circunvecinos.

Luego, el 29 del mismo mes, llegó  a Cerro de Pasco,  alojándose en la casa  del acaudalado minero, Señor Salomón Tello, confirmando en dicha ciudad a numerosos niños y practicando otras funciones religiosas de su alto cargo. Luego que se tuvo conocimiento que el Iltmo. Señor Obispo había arribado   a la Villa  de Ambo  el día 8 de julio, todo Huánuco se puso en movimiento y buen número de caballeros se dirigieron a ese lugar con el objeto de presentarle anticipadamente sus respetuosos saludos.
Se le hizo triunfal recibimiento, como corresponde a los méritos del pastor, aunque para ellos se tuvo que vencer la repugnancia ingénita del Padre Sardinas a las ovaciones y aplausos.[1] Le prepararon triunfal recibimiento digno de un pueblo regocijado que corona los méritos del más preclaro de sus hijos; cumpliéndose allí a la letra la palabra de la sabiduría “El varón sabio logrará un puesto honorífico en su pueblo, y su nombre quedará grabado para siempre en los corazones de los hombres”.

En su Diócesis de reciente creación, y largo tiempo privada de la presencia de su primer Obispo lo halló todo por hacer y a la verdad, empezó a hacerlo con acierto, constancia y magnanimidad, propios de un príncipe de la Iglesia apóstol de Cristo. Tropezó con muchos obstáculos y amarguras, pero todo lo soportó y sobrellevó con edificante paciencia, valor y serenidad propios de un santo. Cuanto era, cuanto alcanzaba, todo él sin reservas se consagró al bien de su Diócesis animado de los más dignos sentimientos, estampó en su alma este apotegma dignísimo de todo Obispo y que repetía muchas veces: Dios me ha dado la dignidad episcopal y sus proventos para emplearlos en su gloria”[2] .


La demasiada modestia y profunda humildad del hijo del Seráfico Francisco, ofrecieron tenaz resistencia para señalar la hora en que debía entrar en la Ciudad Episcopal el día siguiente: pero estrechado por las súplicas, y más por el cumplimiento del Ceremonial que en estos casos prescribe el Pontifical accedió a los deseos de todos, partiendo de Ambo muy temprano para ingresar a esta ciudad a las 10.00 a.m.

Efectivamente  a esa hora,  con un acompañamiento de más de 80 hombres a caballo, hizo su entrada, descansando momentáneamente, en   La Quinta  fundo del Señor Pedro Figueroa  Lúcar,  mientras se preparaba lo conveniente en la Capilla  inmediata de San Sebastián, para proceder enseguida  al cumplimiento del Ceremonial  eclesiástico con la concurrencia  de las corporaciones oficiales  el Seminario,  los Colegios, Escuelas  y un concurso de un numeroso público, ascendente a 4,000 personas.

Ya en la referida capilla  el nuevo Obispo,  se arrodilla y ora ante el altar santo. Enseguida se reviste de los ornamentos  del caso y se encamina  procesionalmente, unas  diez cuadras, a la Iglesia Catedral, bajo de palio, cuyas  varas eran llevadas  por el Prefecto del Departamento,  Alcalde Municipal, Juez de Derecho, representantes y demás personas  notables. Y el Prelado huanuqueño sigue en medio  de un inmenso gentío, del alegre repique de las campanas, de los armoniosos toques  de las bandas  de músicos,  de las empavesadas casas, que en sus  frontispicios hacían flamear el bicolor Nacional, pasando por entre, una multitud  de hermosos arcos florales.

Llega a la Catedral  y desde el altar mayor dirige a los fieles su palabra expresiva y llena de unción  religiosa.

El Dr. Juan C. Huapalla  Canónigo, desde el púlpito, le presenta el saludo de Bienvenida  en nombre del Cabildo Eclesiástico y de la grey huanuqueña.

Enseguida  se pasó a la residencia  episcopal en donde  se pronunciaron varios discursos   y recibió el homenaje del pueblo.

Y Huánuco rebosó de alegría.[3]




[1] BERROA Y LUNA, Gregorio.” Monografía Eclesiástica de la Diócesis de Huánuco y Junín”, Tipografía “El Seminario” ,Huánuco, 1934, p. 135.
[2] IZAGUIRRE, Bernardino OFM; “Oración Fúnebre del Ilustrísimo y Reverendísmo Fray Alfonso María de la Cruz Sardinas” , Imprenta y librería de San Pedro Lima 1902, p. 16.

[3]  Idem

Misión Episcopal

4. MISIÓN EPISCOPAL

4.1. Elección Episcopal

Al quedar vacante la Diócesis de Huánuco por el fallecimiento del Excelentísimo Mons. Manuel Teodoro del Valle, el  16 de octubre de 1888, el Gobierno, a través del Congreso de la República debía elegir al nuevo Obispo. Se reunieron en sesión el 12 de octubre de 1889 siendo presidente del Congreso  Don Pedro Erausquin Sepúlveda. Se propusieron dos ternas (entre 1860 y 1940, era un deber del parlamento elegir a los candidatos, sólo en algunos casos excepcionales, “de conciencia”, rechazaba Roma los nombramientos parlamentarios. Ahora la elección la hace el Episcopado peruano, previo examen de los méritos del candidato). Hay que tener en cuanta que entre los candidatos, presentados juntamente con el P.  Sardinas, hubo sacerdotes eminentes de grandes méritos. Estos fueron:

Primera Terna:
-        Fr. José María Gago del convento de los Descalzos , ilustre sacerdote, quien también fue nombrado visitador y reformador Apostólico de Ordenes Religiosas.
-        Dr. José del Carmen Maraví, Provisor y Vicario capitular de Huánuco ilustre por sus virtudes y ciencia.
-        F. Alfonso María de la Cruz Sardinas, conocido por sus altas virtudes.

Segunda Terna:
-        Pbro. Dr. Severino Salcedo, párroco de la parroquia San Marcelo de Lima, Promotor Fiscal del Arzobispado, notable por su ciencia jurídica, doctor en ambos derechos, Civil y Eclesiástico.
-        Pbro. Dr. Pedro Manuel García Naranjo, Rector del Seminario Conciliar de Lima, doctor en Derecho canónico, ilustre maestro ( más tarde, en 1908 fue Arz. de Lima)
-        Dr. Juan Stevenson, Canónigo Doctoral de la catedral de Lima, gran orador y literato de varias obras.

Sufragaron 103 Representantes. El presidente del Congreso declaró que la mayoría absoluta eran 56 votos. El escrutinio dio el siguiente resultado:

-        R.P. Sardinas        59 votos
-        Dr Stevenson        22 votos
-        Dr. Maraví            11 votos
-        Dr. Salcedo            6 votos
-        P. Gago                  1 voto
-        Viciados                 4 votos 

Ese día se proclamó obispo de Huánuco a Fr. Alfonso María de la Cruz Sardinas Zavala  y se levantó la sesión  a las 6:30 p.m.

Luego fue preconizado por Su Santidad León XIII el 12 de agosto de 1890. Recibió la Consagración episcopal el 11 de enero de 1891, de manos del Ilustrísimo metropolitano Mons. Manuel Antonio Bandini, en la Catedral de Lima[1].




[1] VARGAS UGARTE, Rubén, “Historia de la Iglesia en el Perú”, tomo V, (1800-1900), Burgos 1904, p 274.

Misión Sacerdotal

4.MISIÓN SACERDOTAL

Fray Alfonso María de la Cruz Sardinas, terminados sus estudios en el Convento de Ocopa, recibió el Orden Sacerdotal en Lima el  3 de  Marzo  de  1 867, según se indica en la carta siguiente:

“ Fray Pedro Gual , de la observancia regular de N.S.P. Francisco, Misionero Apostólico, Lector de Sagrada Teología, es Definidor General de la Orden, Examinador sinodal del Arzobispado de Lima, Comisario General de la familia seráfica en las regiones peruana, chilena, ecuatoriana, de la Nueva Granada y venezolana y humilde siervo en el Señor.
A nuestro muy amado hijo en Cristo, Fray Alfonso María de la Cruz, alumno de nuestro Colegio de Ocopa
 ( deseamos ) salud perdurable en el Señor.

El régimen del oficio a nos confiado exige que, velando atentamente por el culto de Dios y el cuidado de las almas, escojamos y presentemos para recibir las Sagradas Ordenes a aquellos súbditos, de nuestra Orden y de nuestro Oficio, a los que recomiendan su integridad de vida, honradez de costumbres y cultura general; y como entendemos que éstas y otras cualidades están presentes en ti tal como exigen los Sagrados Cánones y las Constituciones Apostólicas de nuestra  Orden, y hemos verificado todo esto mediante un examen previo realizado ante el Venerable Discretorio, por todo ello, en virtud de la presente carta y con el saludable mérito de la obediencia, te destinamos a recibir el Sagrado Orden del Presbiterado; además te presentamos ante el Señor Manuel Teodoro del Valle, dignísimo Obispo de Huánuco, implorando humildemente su bondad para que te reciba y reconozca como hijo, solemnemente profeso, de N.S.P. Francisco y se digne conferirte dicho Sagrado Orden del Presbiterado.

Y, para que conste,  hemos decidido escribir esta carta firmada con nuestra mano, refrendada con el sello mayor de nuestro cargo y consolidada por nuestro Secretario, en este Colegio de S. María de los Ángeles de Lima, el día 26 de Febrero del año 1867.
                              
        Fr. Pedro Gual ( rúbrica)
           Comisario General
                  (Sello del comisario general de la  orden menor)

D. M.  P  .I.  A  R
Fr. Leonardo Cortés ( Rúbrica)

                                                               Secretario


Lima Febrero 28 de 1867

Por Presentado con esta  y dando  por bastante el examen que ante el Venerable Discretorio ha prestado el religioso Fray Alfonso María de la Cruz , venimos en admitirle a las 0rdenes que celebraremos el día tres de Marzo, Domínica  de Quinquagésima para conferirle el Sagrado Orden del Presbiterado

                                               El Obispo de Huánuco( Rúbrica)   
                                               Por mandato de S.I. el Obispo mi Sr.
                                              
Manuel H. Cáceres ( rúbrica)
                                               Pro- Secretario


Desde su ordenación sacerdotal, el R. P. Fray Alfonso María de la Cruz Sardinas se dedicó a los ejercicios propios del sacerdocio; y fue grande el celo con que trabajó en la Viña del Padre Celestial y el fruto que recogió de sus fatigas y sudores, que pueden testificarlo los pueblos cercanos a Ocopa, en donde trabajó hasta 1875.
A pesar de no haber tenido nunca culpablemente oculto el talento que el Señor le confiara para negociar, solicitó y obtuvo de sus superiores que lo trasladasen al Colegio de misioneros de la ciudad de Lima por motivos de salud, el  15 de febrero de 1875[1] según consta en el libro de incorporaciones en la página 139 que a la letra dice: “... que han sido admitidos en este colegio para el santo hábito y profesión, y tan solamente los religiosos que de España y de otros Colegios y Conventos han solicitado ser admitidos a él como miembros de la Comunidad... Procedente de Ocopa: RP. Alfonso Sardinas”.

De este Convento, salió a ejercer su celo apostólico en los pueblos de varios departamentos de la República, especialmente en los de Ica, Ayacucho, Huancayo, Huancavelica incluyendo la ciudad de Lima [2].

El 25 de febrero de 1875, se reunieron en Capítulo Guardianal Convocado por el Padre Gual, por delegación del Muy Reverendo Padre Masiá por sus letras del 10 de febrero de 1875, para realizar el capítulo el 25 de febrero y celebrándose el 4 de marzo. En el cual salieron elegidos:
-        Guardián   :           M.R.P. Fr. José Amadó
-        Discretos   :           RRPP. Fr. Bernardino González
Fr. Leonardo Cortés
Fr. Domingo Salvador
Fr. Pedro José Sala

Y en el nombramiento de Oficios
-        Vicario o Presidente         R.P. Fr. Alfonso María de la Cruz Sardinas
-        Maestro de Novicios        R.P Fr. Domingo Salvadó
R.P Fr. Juan Ferrer
-        Director de la Casa de Ejercicios: R.P.   Pedro Gual
-        Lector de Filososfía                     RRPP Lucas Garteiz y Juan
Ferrer.
-        Lector de Teología Dogmática:   R.P. Fr. Pedro José Sala
-        Lector de Teología Moral            R. P Fr. Domingo Salvadó
-        Bibliotecario                                R.P Fr. Juan José Vargas
-        Escritor del Colegio                     R.P.  Fr. Alfonso Sardinas
-        Lector de Historia                                   R.P. Fr. Leonardo Cortés.

Habiendo renunciado el Padre Alfonso Sardinas, a los oficios de Vicario y escritor del Colegio “Nuestra Señora de los Angeles” de Lima (Convento de los Descalzos), fue aceptada la renuncia de la Vicaría, y confirmado en el oficio de Escritor. Fecha 5 de marzo de 1875.
En el Capítulo Guardianal convocada por el M.R.P. Comisario General Fr. Leonardo Cortés, con fecha 21 de enero de 1878, y fijado en apertura para el día 27 del mismo, el capítulo fue celebrado el 11 del siguiente febrero, dando la elección el siguiente resultado:

-     Guardián         :           M.R.P. Fr. Domingo Salvadó
-        Discretos        :           RRPP  Fr. Pedro José Salas
Fr. Buenaventura Munar
Fr. Lucas Garteiz
Fr. Miguel Ferriol
Sesión Discretorial :

Nombramientos de Oficios:
-        Vicario o Presidente   : R.P. Fr. Miguel Ferriol
-        Maestro de Novicios  : R. P. Fr. Pedro José Sala
Fr. Elias Amézarri
-        Visitador de la Tercera Orden
y Director de la Casa de Ejecicios : R.P Fr. Pedro Gual
-        Lector de Teología Dogmática y Moral: R. P Fr. Pedro José
      Salas
-        Lector de Filosofía y
Escritor del Colegio   : R. P. Juan de Capistrano Puig
-        Bibliotecario               : R. P. Alfonso Sardinas                   


Tales has sido las elecciones celebradas en este Colegio desde su ocupación por los PP Misioneros, elecciones hechas con la más grande armonía y el mejor acuerdo de sus Vocales, toda vez que en ellas presidía antes que la ambición y el espíritu de encumbramiento, el horror nativo  de estos religiosos a las dignidades y oficios, con tanta mayor razón ojeriza mirados y con dolor ejecutados, cuanto que son manantial fecundo de perpetuos pesares aún en las comunidades de más rígida disciplina. [3]

El celo por la gloria de Dios y bien de las almas del Padre Sardinas, no reconoció otros límites que los impuestos por la obediencia, de quien era amantísimo hijo. Los Prelados, admirando las buenas dotes que el cielo había depositado en el Padre Sardinas, no quisieron que permanecieran ociosas, y desde luego le encomendaron empresas arduas y ministerios espinosos, en cuyo desempeño no defraudó jamás la esperanza de sus superiores, pues siempre la felicidad del éxito coronó sus trabajos, los cuales, tenían como fin único la gloria de Dios, la prosperidad de la orden y el bien de las almas.

Fray Alfonso María de la Cruz Sardinas, fue confesor y director espiritual del Clero de Lima, Visitador de Conventos religiosos.[4]

Se distinguió por su dedicación al confesionario[5]. Entre las comisiones que desempeñó merece especialísima mención por lo delicada y difícil, la de Visitador de algunas comunidades religiosas, ya que contribuyó al bien del clero de la catedral en cuatro de sus conventos; encargándose de su alta dirección, cargo que ejerció a completa satisfacción, encomendado por la Delegación Apostólica del Perú

Su piedad y observancia le captaron el aprecio de los que le trataban. De preferencia consagraba sus desvelos a la gente desvalida, consolando al afligido, alentando al débil, instruyendo al ignorante; extendiendo las actividades de su celo apostólico a Concepción y Huánuco.[6]          
                       
Imbuido en la alta doctrina del Evangelio y penetrado del Espíritu de Salvador. El Padre Sardinas sabía compadecerse del corazón humano, este conocimiento práctico de las miserias humanas y de las consecuencias sociales a que da origen, le hicieron arbitrar medios de propagar la enseñanza y la educación cristiana y tuvo la felicidad de ver cumplidos siquiera en parte sus deseos, no sólo en Lima, sino también en Concepción y Huánuco.

En una de sus giras misionales, según tradición, fue atacado en Sayán  por una fiebre maligna;  agobiado por el mal, pero sin dejar la oración, repasaba en su mente lo mucho que debía a la Santísima Virgen y cuanto había pensado hacer para honrarla. Entonces prometió  a la que es salud de los enfermos fundar una Congregación Religiosa para la educación de niñas pobres, si recuperaba la salud. No necesitó más medicinas, la fiebre cedió a un general bienestar y restableciéndose prontamente, el padre Sardinas, pudo retornar a Lima, donde ya no pensó sino en llevar a cabo la difícil empresa.

En Lima, restableció el culto en un monasterio casi derruido gracias al vandalismo de las modernas revoluciones liberales y en cuyo templo se albergaba una compañía de bomberos estableciendo allí una nueva Congregación que fundó de Terciarias Franciscanas llamadas de la Inmaculada Concepción y dedicadas a la enseñanza[7].




[1] HERAS, Julián, “Incorporaciones de Ocopa”, (1752-1907), lima 1970 p. 109
[2] IZAGUIRRE, Bernardino;Ob. cit, p. 9.
[3] Apuntes de la Crónica General de la Orden. B/69 Lima,1852- 1888. p.42, 43.
[4] Actas de los Archivos del Arzobispado de Lima.
[5] HERAS, Julián, Ob.cit.
[6] BERROA Y LUNA, Gregorio. “Monografía Eclesiástica de la Diócesis de Huanuco y Junín”, Tipografía “El Seminario” ,Huanuco, 1934, p. 134.
[7] IZAGUIRRE,.”El Eco Franciscano”, Compostela XII (1895-96)  p.403

Monseñor Alfonso Sardinas



MONSEÑOR ALFONSO SARDINAS

PRESENTACIÓN


“QUE YO SEA DEFENDIDO POR TI, ¡OH VIRGEN!”, fue la frase que  el humilde franciscano e Ilustre huanuqueño, Monseñor Alfonso María De la Cruz Sardinas Zavala, rubricó en su sello episcopal, revelando su plena confianza en la Virgen María, Madre  de Cristo y Madre de la Iglesia.

En el marco de los 146 años  de creación de la Diócesis de Huánuco, y los 128 años de fundación de la Congregación de Religiosas Franciscanas de la Inmaculada Concepción, se presenta  “ La vida y obras de Monseñor Alfonso María de la Cruz Sardinas Zavala”, hijo predilecto de la ciudad de Huánuco, segundo Obispo y Pastor incansable de la Diócesis de Huánuco-Perú y Fundador de la Congregación de Religiosas Franciscanas de la Inmaculada Concepción, con la finalidad de mostrar al pueblo cristiano un camino para vivir el Evangelio en entrega generosa a Dios  y al servicio gozoso a los hermanos, conociendo los valores y virtudes de Monseñor Alfonso María de la Cruz Sardinas Zavala.

La obra comprende  cuatro partes, en la primera parte se presenta la situación histórica del Perú en el período 1842- 1902, describiendo la realidad política, social, económica, cultural  y religiosa, indicando el contexto en que vivió el santo franciscano. La segunda parte contiene los  datos más significativos sobre su infancia, adolescencia, misión franciscana y sacerdotal, misión  episcopal y su entrega al Padre. En la tercera parte se presenta los cinco pilares de su espiritualidad: Amor al Niño Dios, amor al Evangelio- Palabra de Dios, amor a la Cruz de Cristo, amor a la Eucaristía y amor a La Inmaculada Concepción. La cuarta parte incluye las cinco preocupaciones de su misión apostólica: La formación para la vida religiosa, la formación ministerial de los sacerdotes, la catequesis de los niños, la educación de los jóvenes, la formación de las familias y de los ciudadanos para la instauración  de la paz y la justicia en el país y en el mundo. Finalmente se adjunta en los anexos  los principales documentos escritos por Monseñor Sardinas: Estatutos, Cartas Pastorales y otros documentos como anécdotas y testimonios de favores recibidos de Dios por intercesión de Monseñor Sardinas.

Que la lectura de esta obra motive a alabar y cantar las maravillas de Dios  realizadas en sus criaturas para seguir con gozo el camino del Evangelio construyendo la paz, la justicia  y la solidaridad  en el mundo.

Fraternalmente

Hna.Bertha Flores Palomino                                             26 de Agosto del 2011





1.INFANCIA Y ADOLESCENCIA.


Fray Alfonso María de la Cruz Sardinas y Zavala, Fundador de la Congregación de Religiosas Franciscanas de la Inmaculada Concepción y Obispo de la Diócesis de Huánuco, vio la luz del mundo el día 30 de mayo de 1842,[1] en el jirón 28 de julio Nº 700 en Huánuco, ciudad conocida con el nombre de “Ciudad de los Caballeros de León”.

Sus padres fueron Don Manuel Sardinas de nacionalidad española y Doña Manuela Zavala ,Huanuqueña, juntó así por igual nuestro futuro Obispo Sardinas, en su persona, la sangre española y la huanuqueña, hermanando en sus venas la riqueza espiritual proveniente de ambos pueblos, fusionados en la misma fe que nos unen para llamar a Dios Padre Nuestro.
1º de Junio de 1842, a los dos días de nacido fue bautizado y ungido con óleo y mirra en la Iglesia “El Sagrario La Merced” de la ciudad de Huánuco, por el  Padre Patricio Trujillo, siendo su  Padrino el Presbítero Doctor Antonio Telechea y los testigos Don Juan Abarca y Don Silvestre Estela. Recibió en la Pila Bautismal el nombre de Fernando,[2] cambiado más tarde por el de Alfonso al ingresar de religioso al Convento de Ocopa.

Perdió a sus padres a tierna edad, quedó bajo la tutela de Don Isidro Soler[3] quien le inculcó una sólida piedad y una tierna devoción a la Santísima Virgen. A pesar de los cuidados de sus parientes, hubo de experimentar los efectos inevitables de la orfandad., entonces pudo sentir  y comprender de lleno, que para el corazón todo es nada,  si no se posee a Dios.[4]

Ya adolescente de 15 años, su figura era esbelta, alto de 1.71 m., raza blanca, cara un tanto larga y bien proporcionada, frente amplia, ojos grandes y azules, cabellos rubios, dientes blancos, completos,  y bien alineados, de finos modales, de fácil y elocuente palabra.[5]; y como todo joven  lleno de ilusiones e ideales y atento a la Voluntad de Dios, como persona cristiana.


2.VOCACIÓN FRANCISCANA

Cuando el joven Fernando tenía 15 años de edad, decide vestir el sayal franciscano, atraído por la misión que dieron  los Padres franciscanos del Convento de Ocopa, en la ciudad de Huánuco.

El Convento de Santa Rosa de  Ocopa, fundado por Fray Francisco de San José, el año 1725, está ubicado en la Provincia de Concepción en el Departamento de Junín, en el Valle del Río Mantaro, entre Huancayo y Jauja, hermoso Santuario de actividad misionera y de Formación de los Padres Franciscanos, convento llamado “ Antigua mansión de la virtud, escuela de la milicia de Cristo, rincón de soledad sagrada, Colegio misionero “ en donde tantos esforzados varones aprendieron a vencer los vicios y a ganar las almas.

Los estudiantes debían cursar tres años de Filosofía, tres años de Teología Dogmática y dos de Teología Moral. Durante la Filosofía se debía estudiar, además, las clases suplementarias de Matemática, Geografía y Física. Los Teólogos tenían clases de Historia Universal e Historia Eclesiástica, y los Moralistas tenían clases de Sagrada Escritura y Oratoria Sagrada, también estudiaban Derecho Canónico. Durante las vacaciones estudiaban la lengua quechua.

La  etapa de formación es muy  importante para los jóvenes misioneros  franciscanos; es allí cuando, se acercan a los primeros combates reñidos en la más crítica coyuntura, en los comienzos de la edad juvenil, en que se decide la suerte del hombre, y de cuya orientación depende el curso de la vida.

El joven Fernando, en el Convento de Ocopa, fue corista estudiante y realizó sus estudios eclesiásticos tomando el nombre de Alfonso María de la Cruz. Nunca desmintió su primera resolución; a pesar de que los misioneros de Ocopa nada omitieron para probar su constancia. Conocedores ellos, de la difícil causa que toma a su cuenta el ministro del Evangelio, que debe ser “ sal de la tierra, luz del mundo, depositario de la ciencia y centinela de la casa de Israel “ ; y sabiendo que a quien mucho se le confía, mucho se le ha de pedir, emplearon todos los medios  para probar la bondad de su vocación. más nuestro joven aspirante se mantuvo siempre en su puesto y colmó las esperanzas de todos.
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Fray Alfonso María de la Cruz se consagró irrevocablemente al total servicio de Dios por la Profesión de los votos religiosos, el 18 de diciembre de 1862 digno galardón de su constancia, después del año canónico de noviciado, durante el cual dio clarísimas muestras de la verdad de su vocación a la vida del claustro, dedicándose a ilustrar su espíritu, acompañando el ejercicio de las virtudes religiosas con el estudio de las ciencias humanas y divinas que aprovechó sobremanera, mereciendo recibir las órdenes menores y  la dignidad sacerdotal, previo examen ante el Venerable Discretorio, según  cartas firmadas por el R. P. Fray Pedro Gual, Comisario General de la Orden Franciscana.

El sábado 1º de Septiembre de 1866 recibió la Tonsura y las Órdenes Menores o Ministerios de: Ostiario, Lector, Exorcista y Acólito.
El Subdiaconado lo recibió el Domingo 2 de Septiembre de 1866 y el Diaconado el Domingo 9  del mismo año y  el Sagrado Orden del Presbiterado el  03 de Marzo de 1867 en la ciudad de Lima, conferido por el Excelentísimo Monseñor Manuel Teodoro del Valle,  primer Obispo de Huánuco.
esde su ordenación sacerdotal,  Fray Alfonso María se dedicó con gran celo apostólico  a los ejercicios propios del sacerdocio en el Convento de Ocopa y pueblos de la Región central del Perú.[6]. Se adjunta las cartas  referente a las Sagradas Ordenes.



[1]Cf. IZAGUIRRE,.”El Eco Franciscano”, Compostela XII (1895-96)  p.401-4.
[2]  Partida de Bautismo hallada en  la Secretaría de La Parroquia Sagrario La Merced de Huánuco
[3] VARGAS UGARTE, Rubén, “Historia de la Iglesia”, tomo V, (1800-1900), Burgos 1904, p 273.
[4] IZAGUIRRE, Bernardino OFM; “Oración Fúnebre del Ilustrísimo y Reverendísimo Fray Alfonso María de la Cruz Sardinas” , Imprenta y librería de San Pedro Lima 1902, p. 7-8
[5] Relación histórica jurídica de la Congregación de Religiosas Franciscanas de la Inmaculada Concepción. Y Acta de traslación de sus restos del 25 de Noviembre de 1965,Archivos del Obispado de Huánuco.
[6] Relación Histórica Jurídica de la Congregación de Religiosas Franciscanas de la Inmaculada Concepción  pg. 8  y “ Apuntes Biográficos del Ilustrísimo y Reverendísimo Fray Alfonso María de la Cruz Sardinas segundo Obispo de Huánuco” del P.Noé Castillo, Huánuco ,1951 Y cartas que se adjuntan.